El caso de Valeria Afanador, la niña de 10 años que desapareció en Cajicá el pasado 12 de agosto y cuyo cuerpo fue hallado el 29 del mismo mes, sigue generando conmoción en el país. Tras su emotiva despedida el 30 de agosto, en la que miles de personas la acompañaron en caravana desde Chía hasta Cajicá, las autoridades han dado a conocer nuevos detalles forenses y judiciales.
La causa de muerte: dictamen forense
El Instituto Nacional de Medicina Legal confirmó que Valeria murió por ahogamiento en agua. El examen estableció que el deceso ocurrió pocas horas después de su desaparición. En su cuerpo no se hallaron signos de violencia física ni sexual, y las prendas estaban intactas.
El análisis también detectó la presencia de adipocira, una sustancia que se forma en cadáveres en contacto con ambientes húmedos, lo que indica que su cuerpo permaneció sumergido en condiciones pantanosas. Asimismo, se hallaron restos de agua y material en vías respiratorias y estómago, confirmando la hipótesis de sumersión.
Investigación judicial en curso
Aunque la necropsia aclaró la causa de muerte, el abogado de la familia, Julián Quintana, recordó que “una cosa es cómo murió y otra es qué la llevó a esa situación”. Por ello, la Fiscalía investiga bajo la hipótesis de desaparición forzada y busca esclarecer si hubo intervención de terceros o negligencia institucional en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, donde Valeria fue vista por última vez.
La familia, por su parte, insiste en que la niña “no salió sola” y anunció acciones legales contra la institución educativa.

Proceso contra el colegio
El colegio enfrenta un proceso administrativo sancionatorio por posibles fallos en la vigilancia de los estudiantes. Además, se conoció que desde 2023 estaba en reorganización financiera y que un día antes del hallazgo del cuerpo de Valeria, la institución había enviado documentos a la Superintendencia de Sociedades para avanzar en este proceso.
El abogado de la familia solicitó el cierre definitivo del plantel y que se investigue a directivos y docentes por posible omisión.
Otras líneas de análisis
Las autoridades también indagan si se alteró la escena de la desaparición, ya que el colegio habría rellenado con cemento un hueco cercano a los arbustos donde Valeria fue vista por última vez.
Además, un dibujo realizado por la niña, en el que aparecían rostros, nubes y una canoa, fue entregado a los investigadores como posible pista.
Una comunidad en duelo
La despedida de Valeria se convirtió en un acto multitudinario cargado de simbolismo. Su familia pidió a los asistentes vestir colores vivos y llevar globos de tonos alegres, como un homenaje a la alegría de la niña. La misa se celebró en la Iglesia Inmaculada Concepción de Cajicá y posteriormente su cuerpo fue sepultado en medio del acompañamiento masivo de la comunidad.




Lo que sigue
El caso continúa bajo investigación de la Fiscalía. Mientras tanto, la familia Afanador pide que no haya impunidad y que se esclarezcan las responsabilidades, tanto de quienes pudieron estar involucrados directamente en su desaparición como de las instituciones que tenían a cargo su cuidado.
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