La Navidad en Colombia tiene un sonido propio, un aroma inconfundible y un ritmo que se siente apenas llega diciembre. Es la época en la que las luces iluminan los balcones, la natilla hierve en ollas enormes y la música se vuelve la banda sonora de todo: Adonay, Cinco pa’ las doce, El Año Viejo, La víspera de año nuevo… melodías que pasan de generación en generación.
Este año, OSTU no solo recreó la esencia de la Navidad colombiana, sino que también celebró algo que siempre nos ha causado curiosidad: el matrimonio de Adonay. Muchas veces nos hemos preguntado por qué se casó, pero nunca supimos cómo fue su fiesta. Por eso la marca decidió imaginarla y traerla a la vida. Aprovecharon este momento alegre y profundamente colombiano para mostrar que, en aquella celebración, todos podrían haberse vestido con los básicos de OSTU: prendas versátiles, accesibles y listas para cualquier ocasión, incluso una boda en pleno diciembre.
La fiesta reunió invitados especiales, prensa, amigos y figuras públicas que vivieron una celebración auténtica y cercana. Hubo música decembrina, esa que suena en cada casa durante estas fechas; sabores tradicionales y una ambientación inspirada en las reuniones familiares que hacen tan especial esta temporada. Pero, sobre todo, hubo un mensaje claro: OSTU no busca que las personas se disfracen de alguien más, sino que se sientan ellas mismas en cada momento del año.
Más que un evento, fue una forma de vivir diciembre desde lo genuino: compartir, vestirnos a nuestra manera y disfrutar como lo hacemos los colombianos, con sencillez y mucho corazón. En Navidad y siempre, OSTU ofrece básicos que te acompañan en cualquier ocasión.






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