Ha pasado una semana desde que el cuerpo de Valeria Afanador, niña de 10 años, fuera hallado en el río Frío, en cercanías al colegio donde estudiaba en Cajicá, Cundinamarca. Aunque el dictamen preliminar señaló que la menor murió por inmersión, el informe forense completo entregado recientemente a la familia reveló hallazgos adicionales que resultan claves en la investigación.
Hallazgos del informe
De acuerdo con el reporte de Medicina Legal, el cuerpo de Valeria presentaba dos lesiones tipo escoriación (raspaduras) y dos hematomas en la zona torácica.
Las escoriaciones se encontraban en la mano izquierda:
- Una de 1.5 x 1 cm en el dorso de los huesos metacarpianos cuarto y quinto.
- Otra de 1 x 1 cm en la falange distal del quinto dedo.
Los hematomas, ambos de 1 x 1 cm, estaban ubicados en el músculo intercostal lateral.
Si bien ninguna de estas lesiones fue considerada letal, el informe concluyó que ocurrieron antes de la muerte de la niña, lo que las convierte en un elemento significativo para la investigación.
El reporte descartó fracturas, lesiones traumáticas mayores y signos de violencia sexual, aunque sí señaló que el cuerpo presentaba cambios propios de la descomposición.
Abogado pide imputación de cargos a rectora y docentes del colegio
El abogado de la familia, Julián Quintana, pidió a la Fiscalía General de la Nación imputar cargos a la rectora y a dos docentes del colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, al considerar que sus omisiones fueron determinantes en la tragedia.
“El colegio no solo omitió cuidar a Valeria pese a sus fallas de seguridad, lo que terminó en su homicidio, sino que después modificó la salida por donde sacaron a la niña. Primero reconocen que la reja era insegura y luego alteraron la escena del delito. Grave hecho que exige verdad y justicia”, afirmó Quintana en sus redes sociales.
Un caso que sigue generando preguntas
Para la familia, los hallazgos forenses refuerzan la necesidad de que la investigación avance con celeridad y transparencia. Aunque la causa principal de la muerte sigue siendo la inmersión, las lesiones previas plantean interrogantes sobre lo que ocurrió después de que Valeria saliera del colegio y cómo pudo abandonar el plantel sin que nadie lo advirtiera.
La defensa insiste en que la muerte no puede tratarse como un simple accidente, sino como un hecho que exige responsabilidades claras y justicia.
Mientras tanto, la comunidad de Cajicá y municipios vecinos permanece consternada, acompañando a la familia Afanador en su búsqueda de respuestas.
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